Palabras de un alma oscura

Si las miradas pudiesen matar sería un asesino serial, no me importaría quedar atrapado en mi propio silencio pues se que el tiempo es prodigioso, cura las heridas y me liberará. La sangre que he perdido filtrará mi tristeza. ¿Si alguna vez he sentido frio?, el calor es lo que no conozco. Si he reído muchas veces, pero mis labios no se mueven. Soy un coleccionista de sentimientos muertos que se acumulan haciendo una pila que tarde o temprano ha de estremecerse y caerá sobre mí irremediable.

Soy un cadáver que ronda por los panteones de las calles, esas que encierran tantas historias que ya no me dan miedo, pues la oscuridad invadió mi cara y así se pueden ver más claramente los demonios de la gente. Todos mienten diciendo verdades y eso es una tristeza, todos divagan creyendo que lo que viven es vida y es hilarante. Un cadáver solamente, un cadáver entre la gente y nada más.

Valgo lo que vale la muerte, orgulloso de lo que no entiendo, ignórante de lo que creo saber. Me gusta el frio de la madrugada, me hace sentir que la sangre hierve cuando la luz menguante y pálida alumbra lo que aun me queda de cara. No creo estar viviendo, muero estando en vida, una diferencia sutil pero deliciosa. Camino sin ser notado, con el alma oscura y maltratada, es lo que hago, no es mi oficio pero ha llegado a gustarme, no sé si lo haré para siempre, sólo sé que no tengo en donde más cobijarme.

Devaluado en sentimientos vívidos, ufano de la sombra que yo mismo he creado. Sueños diluidos es lo que ingiero cada noche y madrugada, dulce elixir de sabiduría que la gente derrama en lágrimas que salen de ojos mentirosos tratando de hacer verdad una triste realidad. Entre la gente los fantasmas ronda diariamente, los míos son demasiados y a veces me ahogan. Solo un cadáver entre la gente, un cadáver y nada más.

He caminado tantas veces hacia lo incierto que ya no conozco un camino diferente, triste realmente, llorar sin ser escuchado y morir lentamente. No le importo a nadie en realidad, pues la realidad es firmemente el reflejo de la inanición. Soy escoria entre la gente, olvido para los que ven reflejada en mi su tristeza. A todos le da miedo lo que no entienden, es por eso que es mejor ponerme una etiqueta, los hace sentir seguros pero endebles, si me acerco lo suficiente se puede saborear su fragilidad, puedo oler lo que sienten.

Mi mirada perdida siempre esta, perdida entre el esmog que produce la hipocresía de los demás, estoy contigo pero no te me acerques, eres mi amigo pero vete ya. Un cadáver solamente, frio y silente, un cadáver y nada más.

Que es lo que quieres de mi, que demonios quieres. El claro-oscuro de mi vida me arrastra hasta lo más profundo, hace trizas mis esperanzas, destroza mi paciencia y yo lo único que pido es un poco de resiliencia para sobreponerme a lo que he perdido. No entiendo, no entiendo nada, oscuridad y nada más. Frio, frio profundo, tristeza y soledad.

Una lágrima, una palabra, una herida y un nunca jamás. Un cadáver tristemente, un cadáver y nada más.

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